1. Higiene. La falta de higiene, así como la excesiva limpieza de tus genitales. En ambos casos puede causar una proliferación bacteriana, por lo que tu cuerpo se vuelve susceptible a enfermedades e infecciones.
2. Suponer y Pretender. Nunca des por sentado que la otra persona disfruta de lo mismo que tú en el sexo. Lo ideal es que siempre que desees probar alguna técnica o comportamiento sexual especifico preguntes a tu pareja si está de acuerdo. El respeto es fundamental.
3. Falta de comunicación. Es básico tener la confianza para hablar siempre sobre sus gustos y lo que desean experimentar; puede ser la sana base de una relación sexual plena para ambos. Si no dices lo que sientes y lo que deseas, puedes perder la oportunidad de disfrutar de un gran placer.
4. Ser inflexibles. Negarse rotundamente a cumplir un deseo de la pareja sin haberlo meditado antes. Es igual de importante el tratar de seguir tus valores como darte la oportunidad de vivir cosas nuevas. Trata de ser una persona abierta a nuevas cosas.
5. ¡A lo que vas! Recuerda que el juego previo al sexo ayuda a alcanzar orgasmos más fácil e intensos, además de que los besos y caricias te permiten alcanzar un mejor estado de excitación, una mejor relación sexual.
Recuerda, la satisfacción sexual depende tanto de ti como de tu pareja. Ambos deben sentir emoción, deseo y placer. Llegar a la cama y pretender que la otra persona lo haga todo es una actitud egoísta, simple y conformista. Se trata que ambos tengan una vida sexual más placentera.
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