¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene una auto estima pobre?
Si tu hijo muestra 4 o más de estos signos, es probable que sí:
- Se siente fácilmente agredido y ofendido.
- Interpreta los comentarios como críticas.
- Trata de ser perfecto para cubrir su sensación de carencia.
- Evade situaciones haciéndose el simpático.
- Depende del reconocimiento externo.
- Se identifica con sus éxitos y fracasos (cree que de esto depende el que lo amen).
- Le cuesta trabajo asumir responsabilidad. Busca maneras de evadirla o echar la culpa.
- Es competitivo y presumido.
- Trata de agradar a todos.
- Es muy complaciente.
- Percibe el mundo como agresivo.
- Se vive como víctima o victimario.
- Miente para justificar su inocencia.
- Tiene poca iniciativa.
- Es olvidadizo (borra de su mente eso que le causa dificultad).
La autoimagen del niño es el resultado directo de los estímulos que recibe día a día de sus padres y/o tutores.
Decirle que es malo o bueno, criticar cuando comete errores, negarle responsabilidades porque lo vaya a hacer mal, hablar de él como si no estuviera presente, o mantenerte distante condicionando el cariño; estas son algunas de las formas en que comúnmente los padres lastiman la autoestima del niño.
¿Qué hacer para nutrir su autoestima?
ESTIMULA: que corra riesgos, que salga de la vía segura. Qué más da si se equivoca. Quítale importancia al error.
ALIENTA: ideas positivas sobre sí mismo. Cuando se autocritique (“soy torpe/feo/flojo”, “a mí no me sale”…), usa frases simples, directas y positivas que afirmen lo contrario. Ayúdale a demostrarse lo contrario en ese momento.
VALORA: evita que su foco se centre en el éxito (o el fracaso). No vale por sus logros, sino por quién es.
CONECTA: el amor que des a tu hijo jamás será demasiado. Demuéstrale tu amor tanto como puedas.
Recuerda: tu propia autoestima es clave para nutrir la suya.
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