Cuando te estés bañando, frota tus codos con ayuda de una esponja exfoliante y hazlo en círculos. Para que haya una mejor penetración en la piel, hazlo con el brazo extendido, pero también doblándolo.
Obviamente hay que ponernos crema después de bañarnos. La recomendación es que lo hagas dos veces al día. Si se te olvida o no tienes tiempo, preferible que lo hagas después de la ducha por las mañanas.
Muchas veces hemos hablado de las propiedades del limón, destacando que puede hacer las veces de exfoliante y que también sirve para aclarar. Corta un limón y frótalo en el codo. También puedes ponerle una embarrada de miel al limón. Así quedará mucho más tersa la piel. Una vez que lo aplicaste en tu brazo, deja que repose durante quince minutos y después enjuaga con agua fría.
Y no podemos olvidar la clásica del aceite de oliva. Cuando ya estés lista para acostarte, aplica con un algodón el aceite sobre tus codos y enjuágalos hasta bañarte al día siguiente. El único problema es que si te mueves mucho, mancharás las sábanas. Es importante que quites los excesos de tus brazos para que la cama se ensucie lo menos posible.
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